amagues

mover la pieza incorrecta
pero en ese momento era la jugada elegida
un tablero invisible que tímidamente muestra
la estrategia pero no da pistas de resultados
siempre hay dos posibilidades ganar o perder
ecos que repiten un posición adelantada
y del otro lado gritan en silencio
pero las nubes dicen que había que seguir
pero ya es tarde
seguramente los amagues del azar
harán el pase necesario en la próxima jugada
y ahí una voz fuerte se hará oír
una satisfacción que dispara directo
hacia las opciones no elegidas
una serie de palabras que de a una depuran el campo
un cielo despejado con una estrella que sigue de
largo y que da el tiempo necesario para agradecer.
el trabajo del autoconvencimiento es amargo
pero certero
quién podría llegar a decir ahora las palabras
indicadas?
es un continuar guardando en los bolsillos
recién cocidos y llenos de confianza
porque no hay mejor hilo que confiar en la esperanza
que aunque a primera vista suene a una
tonta inocente lo único que quiere es seguir creyendo
a pesar de las indirectas sutiles del azar
y los destiempos del otro.
una fuerza con energía propia que levanta
ante cualquier tropezón que no es caída
aunque se sienta como tal.